La asociación PAUTA se crea en 1993 por la necesidad de un grupo de padres, respaldados por profesionales, para gestionar un colegio como mejor solución ante la carencia de recursos específicos para personas con trastorno del espectro autista (TEA).
Comenzó en un chalet alquilado con las mínimas condiciones exigibles para desarrollar su actividad, situación que se prolongó durante 7 años.
En ese año se empieza a construir el nuevo edificio de Pobladura del Valle, pensado no sólo para albergar el Centro Educativo, sino también para ser transformado poco a poco en un Centro de Día de adultos con capacidad para acoger nuevos servicios. La asociación con su nueva sede se consolida y sienta las bases para un proyecto de futuro.
Se crea el servicio de Atención a familias que se integra en el servicio de Ocio que ya venía funcionando desde años antes de forma incipiente.
Inicialmente la asociación la conforman familiares y profesionales. Pero desde ese año, una vez valorada la experiencia anterior como positiva, se decide que la asociación esté compuesta sólo por los familiares de las personas con autismo.
Por otro lado, con la contratación de un director general y un director económico administrativo, PAUTA profesionaliza la gestión y amplía alianzas en su entorno del movimiento asociativo FEAPS (ahora Plena Inclusión).
Este es un año de cambios. La creación y puesta en marcha, dentro de las instalaciones de la asociación, de un Centro de Día abierto a la contratación de plazas públicas por parte de la Comunidad de Madrid, supone un importante punto de inflexión en la trayectoria de PAUTA.
También es una mejora sin precedentes en la vida de las personas con autismo y de las familias. Los apoyos para la vida adulta suponen un nuevo desafío para la asociación PAUTA y también para su gestión.
Consolidada y reconocida en el sector por sus premios por buenas prácticas, con una gestión de calidad, y buena salud económica, PAUTA celebra su 20 aniversario preparándose ante nuevos retos.
Se crea el servicio de empleo con apoyo que pretende dar nuevas oportunidades a las personas adultas con TEA.
Con un gran esfuerzo por parte de las familias, se pone en marcha la primera vivienda en comunidad para personas con autismo de la Comunidad de Madrid. Se trata de un proyecto pionero que permite que las personas vivan de forma independiente.
Y se concibe como la primera de una red de viviendas en la comunidad. Por otro lado, el impulso del área del empleo da esperanzadores resultados creando oportunidades laborales y las primeras contrataciones.
El estado de emergencia sanitaria por el COVID-19, supone un tremendo reto para Pauta. Entre todos procuramos que los usuarios y sus familias tuviesen los apoyos suficientes para remontar una situación tan crítica.
En contraste en ese año la adjudicación de la segunda vivienda dentro del ACUERDO MARCO, supone un espaldarazo del servicio.
Pauta proyecta su futuro hacia un centro de atención de adultos.
El cierre definitivo del Centro Educativo, germen de la entidad, obligado por la limitación del espacio físico de nuestra sede de Pobladura del Valle, supone la pérdida de profesionales de gran valía que acompañaron el devenir de Pauta desde sus inicios.
La contratación de la tercera vivienda consolida y potencia el servicio que iguala en importancia al Centro de Día.
Celebramos 30 años de la visión de unos pioneros, de esfuerzo de las familias, y de desarrollo de nuestros usuarios con la inestimable ayuda de un gran equipo profesional.
La adjudicación por parte de la CAM de la cuarta vivienda de Pauta, fija un modelo de atención inclusiva a seguir.
Se comienza la elaboración de un nuevo plan estratégico que definirá cómo será el futuro de Pauta. Enfocados en la atención de adultos, toca proyectar los servicios hacia el futuro de nuestros usuarios y sus familias, y garantizar la sostenibilidad de la entidad.
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